La Formación De Los Organismos Financieros Internacionales
En 1944 los delegados de países Aliados se reunieron en Bretton Woods, Estado Unidos de América, para establecer nuevas normas económicas. Los acuerdos de Bretton Woods crearon las bases para la fundación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El dólar, además, se convirtió en la moneda de intercambio internacional, ocupando el lugar que hasta entonces había tenido la libra esterlina. El Banco Mundial se creó en 1946 con la función de promover inversiones para el desarrollo de los países miembros y brindar asesoría económica. En ese inicio, lógicamente, los países socialistas quedaron excluidos. El FMI, por su parte, fomentó el comercio mundial, reduciendo las restricciones divisas y realizó préstamos a países adherentes con dificultades económicas.
En 1948 se creó el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), también previsto en Bretton Woods. Este organismo de comercio internacional realizaría negociaciones tendentes a la reducción de aranceles según el principio de reciprocidad de los países.
El FMI fue criticado por grupos que consideraban negativa su influencia en los países con vías de desarrollo, pues las naciones con fuerte influencia en él, como los Estados Unidos de América, llegaron a dictar las reglas de la política economía de muchos países, sin proporcionar un verdadero bienestar a la población.
Entre otras actividades, el Banco Mundial participaba en mas de 1800 proyectos relacionados prácticamente con todos los sectores y países en desarrollo. Los proyectos abarcan actividades muy diversas, como la sensibilización sobre la prevención del SIDA en Guinea, dedicación de las niñas en Bangladesh o el mejoramiento de la atención de la salud en México. Solo recientemente algunas naciones árabes han comenzado a invertir sectores productivos el enorme capital generado por la venta de petróleo.
La situación económica de América Latina, provocada por la crisis mundial de 1929, propició movimientos de trabajadores que afectaron la estabilidad social y política en la región. Esta política de paternalismo por parte del Estado se conoce como populismo.
La situación económica de América Latina, provocada por la crisis mundial de 1929, propició movimientos de trabajadores que afectaron la estabilidad social y política en la región. Esta política de paternalismo por parte del Estado se conoce como populismo.
Para controlar estos movimientos, los gobiernos de Juan Domingo Peron en Argentina, Getúlio Vargas en Brasil y Lázaro Cárdenas en México, por ejemplo, establecieron regímenes cuyas prácticas políticas favorecieron a los sectores marginados, al tiempo que consolidaron el control estatal sobre la vida política, social, económica e incluso cultural.
Getúlio Vargas gobernó Brasil desde 1930 hasta 1945 y de 1950 a 1954; impulsó los sindicatos, llevó a cabo reformas agrarias y laborales que reconocían los derechos de los trabajadores y los obligaban a organizarse en sindicatos; creó un sistema de seguridad social y nacionalizó los ferrocarriles, los medios de comunicación, el petróleo y la electricidad.
En México, el general Lázaro Cárdenas ocupó la presidencia de 1934 a 1940. Durante su mandato aplicó las reformas sociales establecidas en la Constitución de 1917; promovió la organización de la clase obrera y campesina mediante corporaciones, como la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM); desarrolló una política agraria encaminada a eliminar los latifundios; repartió la tierra a los campesinos, y nacionalizó el petróleo y los ferrocarriles.
En Argentina, Juan Domingo Perón gobernó de 1946 gobernó de 1946 a 1955, periodo en el que emprendió un programa de vivienda, la construcción de centros educativos y sanitarios, y la nacionalización de los transportes. El programa se logró gracias a la bonanza económica que vivía Argentina por la exportación de carne y cereales a los países europeos afectados por la guerra.
Dado que los tres lideres pusieron en práctica políticas que favorecieron a los trabajadores y nacionalizaron industrias para evadir la influencia de capital extranjero, entraron en conflicto con Estados Unidos de América, pero, en cambio, contaron con un fuerte apoyo popular en sus respectivos países.
Al termino de la Segunda Guerra Mundial, el continente americano se caracterizó por el arribo al poder de dictaduras militares de corte fascista que reprimieron con violencia la oposición política y los movimientos que buscaban reformas sociales.Getúlio Vargas gobernó Brasil desde 1930 hasta 1945 y de 1950 a 1954; impulsó los sindicatos, llevó a cabo reformas agrarias y laborales que reconocían los derechos de los trabajadores y los obligaban a organizarse en sindicatos; creó un sistema de seguridad social y nacionalizó los ferrocarriles, los medios de comunicación, el petróleo y la electricidad.
En México, el general Lázaro Cárdenas ocupó la presidencia de 1934 a 1940. Durante su mandato aplicó las reformas sociales establecidas en la Constitución de 1917; promovió la organización de la clase obrera y campesina mediante corporaciones, como la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM); desarrolló una política agraria encaminada a eliminar los latifundios; repartió la tierra a los campesinos, y nacionalizó el petróleo y los ferrocarriles.
En Argentina, Juan Domingo Perón gobernó de 1946 gobernó de 1946 a 1955, periodo en el que emprendió un programa de vivienda, la construcción de centros educativos y sanitarios, y la nacionalización de los transportes. El programa se logró gracias a la bonanza económica que vivía Argentina por la exportación de carne y cereales a los países europeos afectados por la guerra.
Dado que los tres lideres pusieron en práctica políticas que favorecieron a los trabajadores y nacionalizaron industrias para evadir la influencia de capital extranjero, entraron en conflicto con Estados Unidos de América, pero, en cambio, contaron con un fuerte apoyo popular en sus respectivos países.
Debido a su poderío económico, los Estados Unidos de América ejerció gran influencia política en los países latinoamericanos, que continuó después de 1945 no solo por intereses económicos, pues desde las primeras décadas del siglo XX capitales e inversiones estadounidenses de establecieron en todo el continente, sino también para frenar el posible avance del comunismo de Estados Unidos de América consideraba una amenaza para toda la región.
Por esa razón, apoyaron regímenes dictatoriales, corruptos e impopulares en algunos países, como Haití con el coronel Paul E. Magliore (1950-1956); en Venezuela con el general Pérez Jiménez (1948-1958); en Colombia con el general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1958): en Chile con Carlos Ibáñez (1952-1958); entre otros.
En Cuba, Estados Unidos de América apoyó la presidencia de Fulgencio Batista, un militar que desde 1940 con un gobierno corrupto daba privilegios a los empresarios estadounidenses, mientras reprimía con fuerza a las organizaciones de trabajadores en las azucarenas que buscaban mejores condiciones de vida y trabajo.
Una serie de incidentes y negociaciones entre los líderes de ambas naciones llevaron a desmantelar y retirar los misiles que amenazaban la paz mundial. Sin embargo, desde entonces Cuba sufre un bloqueo comercial, es decir, EUA no compra ningún producto cubano. Estas restricciones se han relajado con el paso del tiempo, la desaparición de la URSS y la condena internacional.
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se dio un gran avance científico y tecnológico. En el campo de la medicina hubo importantes descubrimientos a la investigación y en la difusión de politicas de salud pública, en casi todo el mundo, lo que se tradujo al aumento de la población y en la esperanza de vida, que en la mayoría de países desarrollados rebasó los setenta y cinco años.
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